Nosotros revivimos la tradición de los pueblos de Antioquia, hay una recordación profunda de nuestras tradiciones, así como la natilla en Diciembre, el Mondongo se comía los domingos después de la misa, toda la familia se reunía en torno a una mesa; en nuestros restaurantes se materializa esa mesa maternal. A través de cosas simples, detalles, atención, calidad, se exterioriza el énfasis que hacemos en la satisfacción de nuestro cliente interno; el éxito de nuestra marca más que el producto es el servicio, pero hay algo más que servicio; el componente fundamental es el amor, porque en el amor hay pasión, entrega y es innato, hay una serie de factores que hace que quien nos visita viva una experiencia de alegría y regocijo, tratamos de darle a la gente lo mejor que tenemos que es nuestro talento humano a su servicio, por eso hemos inaugurado nuestra propia Casa Escuela para la formación, capacitación y entrenamiento en el servicio y la excelencia de nuestros colaboradores, trabajando en su felicidad y auto realización.